Hace poco nos llegó esta reflexión valiente por parte de Dª Mª Isabel Castillo. Creo que es muy interesante recogerla y que todas y todos aquellos que lo deseen puedan opinar. Desde este foro pretendemos ser lo más abierto posibles dando espacio a que todos los integrantes del colectivo educativo puedan opinar. Es indudable que para construir el mejor sistema, no puede dejarse de lado ni a los padres o madres, pero tampoco al profesorado, que es parte fundamental de todo este entramado. No es cuestión de legislar cara a la galería, es cuestión de hacer partícipes a todos los miembros integrantes y responsables de Educación, escuchándoles. Si desde este blog podemos contribuir, no dudéis en que lo haremos.
MUCHAS GRACIAS Mª ISABEL, esperemos que cunda el ejemplo y nos hagan llegar más profesionales sus experiencias y consejos para aprender..
Hola a todos:
Como la mayoría no me conoce, me presento: soy Mª Isabel Castillo, socia de ASA, residente en La Línea y profesora de Lengua en un instituto de San Roque.
Como madre y como profesora, deseo aportar mi punto de vista por si puede interesaros.
En la presentación del curso de ASA del pasado 2010, oí hablar a varios padres angustiados y muy enfadados con los "profes" de sus hijos. Seguro que tenían razón al estarlo. Lo entiendo. En todos los sectores profesionales existen personas ineficaces y poco formadas, y el sector educativo no es una excepción.
Las orientadoras presentes hablaron sobre los profesores en la misma línea. Me marché de aquella reunión con aquella espinita porque nosotros íbamos con la "seño" de mi niña, que había querido ir a la reunión para informarse, y que se había desplazado DESDE LA LÍNEA para ello. No todos los profesores pueden ser malos: es estadísticamente imposible. Hay magníficos profesionales en nuestro sistema educativo que consiguen hacer grandes cosas con nuestros hijos, sobre todo teniendo en cuenta que trabajan de forma muy precaria en la mayoría de los casos.
No voy a descubrir América al decir que el gran problema, el quid de la cuestión, es la ratio. Pero lo es. Con 32 alumnos por clase en la ESO y hasta 40 en Bachillerato, la enseñanza de calidad es una quimera. Se hace lo que se puede. De verdad creo que la mayoría de mis compañeros hacen todo lo que pueden. Pero en dos, tres o cuatro horas a la semana con ese número de alumnos no se pueden hacer milagros.
Aproximadamente el 50 % de la clase, si hay suerte, está más o menos en un nivel medio (intento ser clara); el resto se divide entre los que están por debajo de la media y los que están por encima. Ya sabéis el resto de la historia: a los que están por debajo se les saca del aula con profesorado o monitores especializados; a los que están por encima se les deja en clase para que el profesor y ellos se apañen. A veces esos alumnos tienen más que asimilado lo que se trabaja en clase y otras no. A veces son receptivos y se ilusionan si se les ofrece hacer un proyecto o un trabajo especial sobre algún aspecto relacionado con la asignatura y otras lo entienden como un castigo... A veces están perfectamente integrados en el grupo y otras veces es terrible su aislamiento...
Es cierto: no estamos formados en general acerca de las altas capacidades, pero tampoco lo estamos acerca de otras necesidades educativas especiales, ni sobre educación sexual o drogodependencias, ni hemos recibido cursillos de primeros auxilios ni sobre otras muchísimas tareas que realizamos a diario. De ser centros de enseñanza hemos pasado a ser centros educativos y nuestras funciones y tareas han crecido muchísimo en los últimos años sin que la formación que se nos pide como requisito para formar parte del cuerpo de profesores haya variado lo más mínimo. A diario acompañamos a alumnos al centro de salud más cercano, curamos heridas (¡y piercings infectados! ), asesoramos a nuestros alumnos en las sesiones de tutoría oficiales (y en las no oficiales, con espontáneos que se nos acercan con sus problemas), intentamos educarlos para que sean buenos ciudadanos continuando la tarea de sus familias y, además, intentamos enseñarles a aprender por sí mismos, desde el conocimiento de que esa es nuestra máxima responsabilidad: darles el hilo para que puedan seguir devanando el ovillo, si ellos quieren, cuando ya no nos tengan como guías.
A los alumnos, la mayoría de sus profesores, les tienen cariño. Son chavales, con defectos y virtudes, pero proyectos de persona. Trabajamos con personas, no con muñecos de plástico. Y nosotros también somos personas. Porque les tenemos cariño, vamos con ellos a excursiones con el corazón en un puño, a comidas y cenas a las que nos invitan, y pasamos recreos explicándoles cosas que no entienden o ayudándolos con proyectos que les estimulan. Quiero decir que el sistema educativo, con todos sus defectos, funciona, en mi opinión, sobre todo, por la buena voluntad del profesorado y del alumnado.
Creo necesario informar al profesorado de qué son las altas capacidades, porque es cierto que siguen existiendo muchísimos tópicos al respecto. Pero creo también, como dice el profesor de Granada, que poseemos formación específica suficiente para poder atender al alumnado de alta capacidad. ¡¡¡¡ Lo que no tenemos es tiempo!!! ¿Por qué se recogen las necesidades del alumnado por debajo de la media dentro del horario lectivo normal pero se propone atender al alumnado de altas capacidades en otro horario? ¿Están dispuestos o tienen posibilidades de atenderlos sus profesores en ese horario extraordinario?
He propuesto al orientador de mi centro que nos den horas a los profesores interesados el próximo curso para atender a los alumnos de alta capacidad del centro pero dice que no está contemplado y es imposible. ¿Contratarán a otros profesores? Lo dudo. Es verdad que a mí tampoco me queda nada claro cómo se les va a atender. Hay que amarrar muy bien esto.
Este curso he realizado cursos de formación sobre nuevas tecnologías para aplicarlas a mis clases y sobre la pizarra digital interactiva. La mayoría de mis compañeros ha hecho lo mismo, en su horario personal y con el deseo de mejorar su capacidad de enseñanza. En los próximos años la mayor parte de los cursos de formación que ofrecerán los CEPS irán en esa línea. Si empiezan a ofrecer también (ojalá) cursos sobre altas capacidades, ¿cuáles creéis que elegirán los profesores, teniendo en cuenta que se las ven a diario con unas pizarritas que no saben usar y que están allí colgadas, y que no saben qué actividades realizar con los niños que llegan con el portátil bajo el brazo? No quiero ser pesimista: seguro que también habrá gente interesada. Pero si a esos interesados después no les dan horas reales para trabajar con ese alumnado, no servirá para nada.
Conclusión:
* La desconfianza genera desconfianza, hay que romper ese círculo, tanto por parte del profesorado como de las familias.
* Es necesario que haya dentro del horario lectivo ordinario espacio y horas para atender al alumnado de altas capacidades. Además de eso, puede ofertárseles, igual como al alumnado que está por debajo de la media, clases extraodinarias por las tardes o en otro horario. Pero sus derechos básicos deben estar cubiertos en el mismo horario que el del resto de sus compañeros.
* Desde FASI habría que presionar para mejorar la ratio: es la medida más efectiva para poder atender todas las necesidades educativas especiales. Seguro que en Finlandia no tienen estos problemas.
* Es importante ofrecer formación al profesorado, pero hay que hacerlo de forma positiva y respetuosa. Sobre todo, hay que, además de proporcionar al profesorado una formación general sobre el tema, preparar un apartado práctico que vaya dirigido a las distintas materias con ejemplos de proyectos o actividades que podrían realizarse en ellas. A todos nos asusta un poco lo desconocido y ver las cosas desde un punto de vista práctico ayuda a superar esa barrera.
Como siempre, quedo a vuestra disposición para cualquier cosa.
Un cordial saludo:
Isabel
OJALA TODOS PENSARAN IGUAL.YO COMO MADRE DE UN NIÑO CON ALTAS CAPACIDADES,ENTIENDO SU POSTURA.COMO ES LÓGICO AQUÍ HAY DE TODO COMO EN BOTICA.TAMBIEN A NOSOTROS COMO PADRES NOS PREOCUPA Y CUANDO SE NOS PRESENTA EL CASO NOS SENTIMOS UN POCO ASUSTADOS,PUES ES COMO BIEN DICES ALGO DESCONOCIDO.YO EN MI CASO CUANDO SE LO COMUNIQUÉ A LA TUTORA ME DIJO "QUE NO ME PREOCUPASE QUE AL NIÑO YA SE LE PASARÍE EL INTERÉS"COMO USTED COMPRENDERÁ A MI SE ME QUEDÓ UNA CARA DE TONTA QUE NI SE LO IMAGINA.MI NIÑO SÓLO TIENE 5 AÑOS,PERO YA ME DECÍA QUE EN EL COLE SÓLO SE HACÁN TONTERIAS.
ResponderEliminarAL VER EL ÉXITO PEDÍ CITA CON EL EQUIPO ORIENTATIVO Y ME ENCONTRÉ TRABAS,CLARO YO SE QUE ESTO ES UN MUNDO DESCONOCIDO PERO TENEMOS EL MISMO DERECHO QUE EL QUE NO PUEDE Y SE LO LLEVAN CON LA LOGOPEDA ,PSICOLOGO,ETC.
SÓLO PEDIA QUE SI MI HIJO NECESITABA LEER MÁS QUE LO PUSIERAN A LEER TEXTOS O ALGUÚN CUENTO QUE LE SIRVIERA DE PROVECHO Y NO A LEER LA CARTILLA DE LETRILANDIA.TAMPOCO HAY QUE ESTUDIAR UNA CARRERA PARA ESTO Y EL NIÑO IRÍA MÁS CONTENTO Y CON ILUSIÓN.
AL FINAL Y DESPUÉS DE MUCHO INSISTIR ME LO HAN EVALUADO Y LO HAN PASADO EN EL TERCER TRIMESTRE A 1º DE PRIMARIA PARA VER SI SE ADAPTABA Y PASARLO A 2º EL PRÓXIMO AÑO.AL NIÑO LE HAN DADO MEDIA VIDA Y LAS COSAS NO HAN SIDO TAN DIFÍCILES.PERO CLARO PARA ESTO SE HAN TENIDO QUE MOLESTAR Y SI NO ME PREOCUPO TODO SEGUIRÍA IGUAL.TAMBIÉN HAY QUE PENSAR EN ESTOS NIÑOS PUES LO VEO MÁS FELIZ QUE ANTES.
ESPEREMOS QUE PONIENTO UN GRANITO DE ARENA,ENTRE TODOS PODAMOS CONSEGUIR HACER UN POQUITO MÁS FELICES A ESTOS NIÑOS.
NO SABEMOS LO QUE ES HASTA QUE NO NOS TOCA,PERO BUENO ESPEREMOS QUE HAYA ALGUIEN QUE TAMBIÉN NOS ENTIENDAN A LOS PADRES.
MUCHAS GRACIAS Y UN SALUDO.