Sara, la princesita que nos acompañó en el programa 2 de este año, nos ha remitido este relato con todo su cariño. Hay que decir que nuestra princesita tiene 10 años y que está comenzando su andadura en el mundo literario. Si tienen ustedes algunos comentarios sobre su relato navideño... Ella se lo agradecerá.
Mi mejor navidad.
Escrito por Sara
Me llamo Marco, y lo reconozco soy demasiado bruto para un niño normal, pero es que yo soy así y me gusta, y espero no cambiar nunca. Estoy, como dice mi profesora, endemoniado. Ya prácticamente no me compran juguetes ni a mi ni a mi hermana, los destrozo. Pero es que como nunca me regalan lo que quiero... ¿porque los demás tienen que disfrutar de las cosas si yo no lo hago? Bueno pues llego a la conclusión de que lo que pasa es que no soy muy buena persona que se diga..., bueno la conclusión me la ha dicho mi madre.
No pienso mucho, o eso es lo que todo el mundo me dice, dicen que tengo una cabeza enorme que no uso para nada. La verdad es que todo el mundo me insulta, por eso más o menos me pongo furioso y la pago con lo que vea. Yo creo dos posibilidades: o que mis padres son aliens y no han sido pequeños, o que su pasado fue horroroso y la pagan conmigo, y por eso esta navidad he decidido portarme como un angelito... que no se cómo se me dará, ¿es difícil portarse así? Yo no lo he intentado, es la primera vez, así que no se como se me dará.
Planeé un plan. Puse una cámara en el cuarto de mi hermana para que grabara todo lo que me iba a hacer, porque estaba seguro de que algo me iba a hacer que no me gustaría y que estaría mal. El objetivo era enseñárselo a mis padres para que la castigaran.
El otro día en vez de hacer lo lógico que suelo hacer con las muñecas de mi hermana, jugué con ella. Mis padres se quedaron a cuadros cuando me vieron comportarme así, no es muy normal verme a mi jugando con mi hermana, porque normalmente la dejo encerrada en su cuarto con la luz apagada, y eso le molesta una barbaridad porque le tiene miedo a la oscuridad. Mis padres nos dieron un caramelo a mi y a mi hermana, no lo entendí, aunque al final comprendí que era por haber tenido un buen comportamiento. Después tuve que aguantar la bazofia de canciones de mi hermana. ¡Hasta que me pusiera coletitas!, es que tengo el pelo largo, o por lo menos para un niño.
Hasta puse una tabla en mi cuarto para hacer tareas bochornosas que me dicen todos los días y que no hago, por supuesto, aunque en este caso las hice al pie de la letra, y también hice los deberes, y cuando los hacia, mi padre me hizo una foto, como si fuera una prueba para que viera lo bien que me había comportado o algo así. Mi padre todo entusiasmado hizo un libro sobre mi vida, ¡al cabo de una semana se vendieron miles de copias! Si yo viera un libro con el nombre de:”Vida de un niño una vez serio”, yo también me lo compraría.
Se acercaba la Navidad y seguíamos recibiendo el dinero de los libros, cada vez más y más. Llegamos a navidad y Papa Noel no me trajo nada, aun así yo seguía comportarme bien, ya no porque quería que me trajeran regalos, es que ya me divertía todo eso más que arrancar pies, manos, cabezas, etc, a las muñecas de mi hermana.
Al cabo de los días, llegó año nuevo y como siempre nos fuimos a casa de la tía. Vinieron todos nuestros familiares. Comimos hasta hartarnos, había pollo, había coca cola, cerveza para los mayores y muchas cosas ricas como siempre. Mi hermana empezó una guerra de comida contra mi, y yo y mis primos, digo, mis primos y yo. Me pringé de pollo en salsa y mi hermana de las natillas caseras de mi tía. Nos ordenaron limpiar todo. No me gustó nada esa tarea porque eso es lo que peor se me da hacer, pero yo lo hice.
Cuando dieron las campanadas me comí todas las uvas, es raro porque normalmente las vomito.
Después nos montamos en el coche de mi padre y me fui a mi casa. Me quedé frito como una patata, hasta que por la mañana me di un coscorrón en el respaldo de mi cama. ¡Me encontré detrás de la cama un regalo con una nota en la que ponía: “siento el retraso, es que mis duendes se retrasaron con el regalo”. ¡Era lo que yo había pedido, ¡una moto de motocross de juguete a tamaño real!
Mi mejor navidad fue esa.
Hola Sara, Me ha gustado mucho tu historia, animo es fantastico saber redactar cuentos para comunicarte con los demas, Mi hija Judit de 10 años tambien escrive cuentos como tu y lo que le hace feliz, me imagino que como a ti, es ver a las personas que leen sus historias sonrriendo.
ResponderEliminarMuy divertido Sara,me ha encantado el niño malo y bruto JAJAJA qué buena imaginación. No sé yo como se volverá con una moto en sus manos JAJAJA Congratulation Sara sigue escribiendo que es muy divertido leerte. Feliz año.
ResponderEliminarBegoña Ruiz Adán.
Enhorabuena Sara;
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu cuento.
Cuando uno se porta bien la vida es más bonita e interesante y todo parece ponerse a tu favor.
Espero seguir disfrutando de tus cuentos.
Alberto Flaño
Hola Sara,
ResponderEliminarUna historia de la que tendríamos que aprender todos. Como bien planteas Sara, lo importante no son los regalos que recibamos por nuestro buen comportamiento, realmente la mejor recompensa que podemos tener es la personal, portarnos bien y hacer el bien a los demás es hacernos el bien a nosotros mismos, ¿no es ese el mejor regalo? Claro que si al final te regalan una moto... es perfecto.
Enhorabuena Sara, sigue escribiendo así, deja volar tu imaginación y fantasía, siempre he pensado que el mejor regalo es leer un buen cuento, historia o libro, y el mejor oficio dedicarse a escribirlo.
Muchos besos,
María Nieves Saldaña
si, ami me gusta expresarme por mis cuentos y historias que los demas admiren como interpreto las cosas
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