El pasado sábado la Asociación ARETÉ salió a una visita a las Marismas del Odiel, al centro de visitantes.
Fue una jornada, cuanto menos interesante, ya que con una asistencia de nuestros jóvenes con ganas de divertirse, creo que se consiguió lo que se buscaba, pasar un día en buena compañía y al aire libre, que es lo que hacía tiempo que tratábamos de organizar, pero que por la mala suerte del tiempo no habíamos podido aprovechar. Creo que la organización a cargo tanto de Enrique, como de Lola, como de Encarna, a los que hay que darles las gracias por el esfuerzo; fue fantástica. La jornada se comenzó con una quedada para ir en bicicleta al lugar de destino, bueno, no todos fueron en bicicleta, la mayoría de adultos fueron en coches con el avituallamiento; algunos padres fueron los que se trasladaron por el carril bici con los niños. Para mi fue curioso ver la reacción de algunos chicos, la ilusión que les hacía viajar en bicicleta, y ver como se esforzaron por llegar a la meta. Hay que tener en cuenta que una de las cosas importantes de una actividad como esta es que una vez que la empiezas la tienes que acabar, y eso fue lo que todos hicieron, acabar lo empezado.
En el centro de Visitantes nos dieron unas explicaciones de lo que nos íbamos a encontrar, nuestro agradecimiento al guía que nos mostró como anidaba un águila pescadora y los flamencos (¿sabían ustedes que los flamencos que vienen a estas marismas recorren unos 250 Kms para comer, todos los días? si hubieran venido con nosotros lo sabrían, porque realmente fue amena la explicación, tanto como para que la mayoría de los asistentes se quedaran a ella, que ya se sabe que con nuestros niños y niñas eso a veces es difícil).
Lo que creo más importante de reseñar fue la convivencia que se mantuvo entre todos los chichos y chicas, que se lo pasaron genial en el campo. Ideal fue la visita y ver desde los miradores la marisma; pero más genial si cabe fue comprobar la convivencia, ver como chicos que se conocen de la asistencia a los talleres y que a veces tienen esas disputas típicas de la edad, llegado el momento son los mejores amigos. Es de resaltar como en este tipo de salidas todos nos relajamos, aparcamos los problemas y podemos asistir a la integración total de nuestros hijos e hijas con sus amigos, cosa que no siempre sucede en otros ámbitos. Ellos, los pequeños, se ven, hablan, se lo pasan de maravilla; y nosotros, los adultos, los vemos, hablamos, nos relajamos... y lo pasamos de maravilla hablando de cualquier cosa. Es una experiencia enriquecedora. Lógicamente, hay que decir que cuantos más seamos mucho mejor será, pues además los chicos y chicas, cuantos más seamos más acogidos estarán. En este caso creo que hemos aprobado en cuanto asistencia, pues como lo hicimos con premura no dio tiempo a que la asistencia fuera masiva, pero si que fue lo suficiente como para tener ganas de volverla a repetir.
Otro punto interesante fue ver como Enrique les explicaba a los chicos varias curiosidades de las plantas. Es un buen profesor, porque, insisto, no es fácil atraer a estos niños y niñas en un lugar al aire libre, con mil distracciones, para hablar de un tema específico; pero él supo conseguirlo y eso tiene mucho mérito.
En la próxima salida, que esperemos podamos anunciarla con más tiempo, esperamos que todos nuestros amigos y amigas puedan asistir, para conocernos mejor y convivir.
Esto ha sido un nuevo éxito del grupo. Muchas gracias por venir.
Lo pasamos muy bien y los niños disfrutaron como enanos. Después de nueve o diez horas querían mas y mas...
ResponderEliminarMil gracias a todos, es un privilegio contar con vosotros.