En nuestra búsqueda de buenos artículos que sean de utilidad, en el blog pequeños gigantes, muy recomendable, hemos encontrado este artículo que reproducimos en su integridad porque creemos que el tema de la autoestima es muy importante en nuestros niños y niñas.
Fuente: Blog Pequeños Gigantes
Consecuencias de una baja autoestima
Una baja autoestima puede desarrollar en los niños sentimientos como la angustia, el dolor, la indecisión, el desánimo, la pereza, la vergüenza, y otros malestares. En razón de eso, el mantenimiento de una autoestima positiva es una tarea fundamental a lo largo del crecimiento de los niños.
Dentro de cada uno de nosotros existen sentimientos ocultos que muchas veces no los percibimos. Los malos sentimientos, como el dolor, la tristeza, el rencor, y otros, si no son remediados, acaban por convertirse y ganar formas distintas. Estos sentimientos pueden llevar a una persona no solo a sufrir depresiones continuas, como también a tener complejo de culpabilidad, cambios repentinos del humor, crisis de ansiedad, de pánico, reacciones inexplicables, indecisiones, excesiva envidia, miedos, hipersensibilidad, pesimismo, impotencia, y otros malestares.
Es dentro del ambiente familiar, principal factor que influye en la autoestima, donde los niños van creciendo y formando su personalidad. Lo que su familia piensa de él, es de fundamental importancia. En razón de eso, es recomendable que a los padres no se les escapen los logros que conquistan sus hijos. ¿Y qué sienten los que llevan sobre los hombros estas mentes geniales? “Pues frustración y tristeza al no ser comprendidos”. Baja autoestima al sentirse diferentes de la mayoría, llegan a pensar que les pasa algo malo, que han perdido la vida. Se enfrentan a secuelas emocionales.
No es un dato muy conocido, pero se calcula que en nuestro ámbito cultural y de desarrollo, un 2,2% de la población presenta un cociente intelectual superior a 130. Esto supone que vivimos rodeados de personas con una capacidad cognitiva impresionante; la media de la población ronda el 100 en este índice (edad mental partido por edad cronológica y multiplicado por cien). Con 45 millones de personas censadas en España, los superdotados son casi un millón. Así, además éstos, “otro 13, 14% de la población muestra altas capacidades” intelectuales, según explica la psicóloga Yolanda Benito, directora del Centro Huerta del Rey de Valladolid, especializado en el estudio de la superdotación. Esto daría otros 5,8 millones de personas con un cociente superior a 110.
Así pues, casi siete millones de ciudadanos españoles gozan de una inteligencia superior, pero, ¿cómo viven esta circunstancia?; ¿es realmente una bendición?
Juan Luis Miranda, psiquiatra del Hospital de Martorell (Barcelona) apunta otra desventaja que sufren los superdotados. Asegura que “a menudo se les diagnostica hiperactividad y otros transtornos erróneamente, porque estas personas son las únicas que muestran síntomas distintos de estas enfermedades”. Miranda señala también que el córtex cerebral de los superdotados se desarrolla de modo distinto al del resto. Allí reside la capacidad de reflexión del ser humano.
Otra de las vías para mejorar la situación de los superdotados es intentar elevar su nivel de inteligencia emocional, es decir, aumentar la capacidad que tiene el individuo para gobernar de manera eficiente sus emociones. Raquel Granizo Garrido, experta en el estudio de la inteligencia emocional, ha abogado en el marco del III Congreso Mundial de Estilos de Aprendizaje celebrado en Cáceres (España) por trabajar en la enseñanza de pautas que permitan a este tipo de personas “pensar en positivo”, porque muchos de ellos poseen una baja autoestima lo que limita sus potenciales capacidades de liderazgo. La aplicación práctica de estas propuestas podría llevar a canalizar todo el potencial de los niños superdotados, evitando así su bajo rendimiento escolar y su aislamiento social porque, a veces, la inteligencia no da la felicidad.
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