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miércoles, 14 de julio de 2010

Y TRAS LA VICTORIA VIENE LA CALMA. ESOS SUPERDOTADOS DEPORTIVOS...

Una vez pasada la resaca del Mundial, en el que nuestra selección ha destacado, como vienen haciendo los deportistas de nuestro país, debiéramos hacer alguna reflexión del por qué un país como España, de unos 42.000.000 de habitantes, está en la elite deportiva del planeta, alcanzando éxitos deportivos, hasta hace bien poco reservados a países con muchos más recursos humanos y económicos. Hablamos de un país que cuenta en su nómina de deportistas con Fernando Torres, Casillas, Xavi, Iniesta, Villa, Gasol (el pequeño y el grande), Nadal, Alonso, Pedrosa, Lorenzo, Mengual, Mª José Rienda, Marta Domínguez... Sería interminable el número de grandes talentos deportivos. La palabra clave en este proceso esta en la palabra talento, pero más aún en la palabra cultivar: "cultivar el talento", entendido como si de un campesino se tratara, cultivando su campo, con paciencia, sabiendo que si le echa el tiempo suficiente, utilizando los elementos adecuados, va a obtener la cosecha. Si se cultiva el talento deportivo, saldrán grandes deportistas, si se cultiva el talento intelectual o científico... ¿qué saldrá?, efectivamente, personas que con sus descubrimientos e investigaciones le cambiarán la vida a las personas mejorándosela.

La clave de todo este proceso ha sido haber detectado a los que mejores cualidades tenían, a los que más dispuestos estaban partiendo de la infancia, y nadie se asusta por ello, no es elitista porque se les da la oportunidad a todos, aunque al final no se escojan a todos; el tiempo, el entrenamiento y las distintas competiciones van sirviendo de tamiz en el que quedarán los más talentosos. El entrenamiento continuado de estos talentos nos llevará a ver cómo aparecen estos superdotados deportivos, y nadie se asusta si ese entrenamiento implica que niños de 6 años asistan a escuelas de fútbol por las tardes durante un par de horas, porque hacen lo que les gusta; nadie se asusta si están los fines de semana compitiendo, de hecho no es extraño que los padres se gasten dinero en las mejores botas de fútbol, ni que los padres protesten si los campos de entrenamiento no están en condiciones. En definitiva, a nivel familiar está bien visto que el talento deportivo se desarrolle, porque es algo a lo que nos hemos habituado, de tal modo que todos y todas aspiramos a que nuestros hijos e hijas alcancen este Olimpo de dioses deportivos llamado Liga de Fútbol Profesional. Si nos vamos a otros deportes como son el tenis o la natación, a lo anterior, tenemos que sumarle la normalidad que supone que un niño o una niña con menos edad pueda competir según su capacidad y no según su edad, sería lo lógico, de hecho nadie considera que frenar el desarrollo deportivo de ningún joven pueda ser beneficioso ni para él, ni para la sociedad. Pensar qué sería de todos esos victoriosos y esas victoriosas deportistas si a alguien se le hubiese ocurrido decidir frenar su progreso. Todo el mundo es consciente de que el desarrollo del talento deportivo, a nivel de imagen como país, como ciudad o como club, es totalmente positivo.

En otros niveles nos encontramos conque esta generación exitosa de talentos deportivos está siendo patrocinada desde todas las instancias, empezando por el estado y su plan ADO de ayudas para los deportistas olímpicos, con el que se ponen más de 50 millones de presupuesto, para atender a los 286 deportistas becados. Si echamos cuentas, hablamos de más de 170.000 € por deportista, lo cual nos demuestra la concienciación del estado en cuanto a estos superdotados deportivos. Nadie se atrevería a criticarlo porque esto nos ha permitido estar en la elite deportiva con un total de 18 medallas en las últimas olimpiadas y un gran número de diplomas olímpicos. Recordemos que antes de que surgiera este plan de Ayudas, antes de que nos concienciáramos que el talento hay que potenciarlo, nuestro deporte olímpico contaba con los dedos de una mano los triunfos. Para poder hacerse cargo de este proyecto también colaboran las empresas que, tal y como dice El País en su edición digital: "aportaron en el Plan de Pekín más de 25 millones de euros y se llegarán en Londres 2012 al menos a 35.300.000 millones. El Gobierno aprobó en Consejo de Ministros la declaración del programa Londres 2012 como acontecimiento "de excepcional interés público", lo que permitirá a las empresas que se adhieran al Programa ADO para los próximos cuatro años poder desgravar hasta el 90 por ciento de las cantidades aportadas al mismo". ¿Alguien se extraña de que nuestros éxitos sean debidos al apoyo que desde las instituciones, en colaboración con las empresas, se está teniendo con lo deportivo, sumado a una planificación suficiente y a años vista? ¿Qué pasaría si esto mismo pudiera hacerse en otros ámbitos como el científico o el artístico? 

Por supuesto, en este texto hablaré de nuestros chicos del fútbol, los profesionales que han ganado la Copa del Mundo. Puede parecer que son unos jovencitos (la mayoría con menos de 30 años) con toda una vida por delante para disfrutar de lo conseguido en unos pocos años de esfuerzo, pero si lo analizamos, estos "jovencitos" son personas con muchas horas de entrenamiento, infinidad de días, llueva o haga calor, de concentración en su deporte, de vivir para su deporte. Muchos de ellos han pasado por escuelas de fútbol, alejados de sus familias, pasando por exámenes constantes en forma de partidos y entrenamientos que dictaminaban si van a estar o no en el equipo titular. ¿Alguien puede negar que la Masía, por poner un ejemplo, es una centro de alto rendimiento deportivo? ¿Alguien puede negar que hay niños que viven alejados de sus familias en ese centro? ¿Alguien puede decir de las familias de estos muchachos que no quieren lo mejor para ellos por permitir que estén fuera de casa desde pequeños? En definitiva, todos somos conscientes de que existen este tipo de centros especializados para el talento deportivo, a los que nos hemos acostumbrado y que nadie critica. El resultado de esta normalización es que tenemos una generación de futbolistas españoles como nunca la ha habido, con la que competimos mundialmente y ganamos. Y para este tipo de entidades, de cuánto dinero hablamos, pues si miramos los presupuestos de los equipos de primera división (no echaremos cuenta a los de otras categorías porque si no no habría ceros), podemos estar hablando de más de 1.000 millones de € anuales. Eso sí, ahora somos campeones del mundo, pero ¿cuánto nos habrá costado?

Si preferimos analizar el tema del éxito deportivo un poco más en profundidad, en lo referido al fútbol, por ejemplo, por ser donde se puede hacer más evidente, vemos que existen dos modelos contrapuestos de gestionar el talento, por un lado trabajando con la cantera, o bien trabajando invirtiendo ingentes cantidades de dinero en talentos ajenos. De un lado tenemos que el presupuesto de uno de estos cracks venidos de fuera de los clubes puede pagar toda una hornada de jóvenes promesas, de otro nos encontramos conque casi siempre, para lograr el éxito, se necesita algo más que un buen jugador, se necesita un equipo. Son dos maneras de ver la búsqueda del talento, aunque también existe otra, la de preparar a un futbolista, no creer en él porque estamos más atentos a otras cosas como es tener una buena imagen, contratando a chicos guapos por ejemplo, dejar que se vayan a otro país, y después contratarlos por mucho más del doble. (En este punto, si sustituimos la palabra futbolista por científico, también valdría).

Con mis anteriores reflexiones, que podrían haber sido más amplias, pero que no las haré para no aburrir, qué pretendo señalar:

1º La normalización que supone trabajar con los talentos deportivos de forma especializada así como los resultados de esta visión de normalidad, todos quieren ser grandes estrellas deportivas.
2º La gran inversión realizada en el deporte en general, pero también el gran esfuerzo económico invertido en este talento, sin que nadie diga nada ni se asuste por el trabajo específico con una elite deportiva, alejado del que se hace con el resto porque es evidente que no puede ser el mismo.
3º La alegría que supone para todos cuando se llega al éxito de nuestros deportistas porque lo sentimos nuestro, porque para eso han habido campañas de concienciación de lo importante que es este tema para el bien del país. Todo parte de la concienciación de la sociedad en general y del mundo político en particular, que es el que debiera tomar medidas.
4º Las medidas deben ser planificadas a largo plazo, sabiendo lo que se hace. Partiendo de la base de que hay que cambiar las cosas y sabiendo que los que mejor pueden saberlo son los profesionales especializados, no los que dicen que lo son, sino los que con su trabajo lo han demostrado. Los resultados no serán inmediatos, sino a largo plazo, y por eso no debemos caer en el nerviosismo.

De los puntos anteriores pueden surgir varias preguntas que, eso sí, te pediría que te las plantearas y te las contestaras amigo o amiga lectora.

1º Amén del prestigio internacional, que nuestro dinero como sociedad nos cuesta, aparte de los minutos de gloria de los que todos participamos cuando Iniesta marcó el gol, ¿qué aportan en la sociedad esos millones de euros gastados en que esa elite deportiva llegue a lo más alto? ¿Cuantas vidas llegan a salvar esas medallas? ¿Es compatible el cultivo del talento deportivo y el académico o el creativo? 

2º ¿Qué diferencia existe entre talento deportivo y el intelectual? ¿Por qué cuando se habla de talento intelectual, de apoyarlo específicamente, se habla de elite y de discriminación hacia el resto, y cuando se habla de talento deportivo se nos llena la boca de los beneficios del Plan ADO?

3º ¿Cómo puede llamarse a una sociedad que fomenta la superdotación deportiva desde todos los ámbitos, y curiosamente, en esa misma sociedad la superdotación intelectual está mal vista, es rechazada y discriminada? ¿Cómo puede calificarse a las entidades públicas llamadas gobiernos que consienten que muchos niños y niñas superdotadas, con talentos, genios, tengan que esconderse en su casa para no ser marginados, y que sin embargo propician todo tipo de ayudas al deporte y a sus elites? ¿CÓMO LLAMARÍAMOS A UNA ENTIDAD QUE SE PERMITE EL LUJO DE TENER UN 50% DE FRACASO? (En una empresa se cambiarían muchas cosas, en profundidad, no se limpiaría simplemente la fachada de la empresa)

4º ¿Qué diferencia habría entre los Centros de Alto Rendimiento Deportivo y los de Alto Rendimiento Intelectual, como para que unos sean financiados con grandes cantidades de dinero público y los otros se rechacen de pleno?

5º ¿Habría que cambiar algo en esta sociedad, en este país, que consiente que seamos uno de los países desarrollados con peores niveles académicos, y que sin embargo seamos en lo deportivo líderes? ¿Se podría copiar algo en la forma de hacer las cosas y por qué no se hace?

6º ¿Por qué nos asusta tanto abordar el tema de los talentos intelectuales? ¿Por qué desde las distintas instituciones no se le da normalidad a este tema de los talentos intelectuales, tal y como se ha hecho con otros colectivos que en su tiempo estuvieron marginados como las personas con síndrome de Down?

Y por último 7º, como ciudadano en qué prefieres que se gaste el dinero público, a qué colectivo preferirías que se dotara eficazmente de todos los medios posibles, a un superdotado deportista que con su sueldo (imagina cuánto pueden ganar en sus clubes los mundialistas y las primas multimillonarias de 600.000 € por hacer su trabajo) aporta goles y medallas para el país, o sin embargo prefieres a grandes talentos científicos e intelectuales que, entre otras cosas puedan crear una vacuna contra el cáncer, o el tratamiento con células madre de enfermedades, o que creen una obra genial que inspire a lo largo del tiempo la paz (estos cobrarán bastante menos). 

Te pediría que si tienes claras tus respuestas nos las hagas saber. Gracias.


Diego Rodríguez.

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