PODAR EL TALENTO

Nuestro amigo José Luis de ASA, nos envía a través de la lista de FASI, un correo en el que nos cuenta algunas impresiones en forma de artículo, muy interesante. Léanlo ustedes mismos y saquen sus conclusiones.

FUENTE: José Luis Sánchez Piñero (Facebook)

PODAR EL TALENTO

Sudáfrica, 11 de julio de 2010. España, campeona del mundo de fútbol. Un selecto grupo de futbolistas de élite ha logrado el éxito deportivo de mayor resonancia social y la mayor muestra de alegría compartida que se recuerda. Esta minúscula muestra de talento cinestésico-corporal acaba de revertir con creces la inversión que se ha hecho con ellos, y con los demás futbolistas, de todos los niveles competitivos, a lo largo de los últimos años.

El deporte nos enseña sabias lecciones de cómo funciona el talento en el ser humano. Y, con el deporte, el baile y el cante, la pintura y la escultura, la ciencia o las humanidades. En cualquier ámbito de actuación, el talento bien cultivado da sus frutos. Unos frutos que disfruta la sociedad que apostó por ellos: plan ADO, academias de cante y baile, centros de arte, laboratorios, etc., lugares específicos para desarrollar cada talento. Si no cultivamos con esmero y cariño las semillas –potenciales talentos-, éstas no pueden desarrollarse “hasta el máximo de sus posibilidades”, como indica el artículo 29 de la Convención de Derechos del Niño, y todas las normativas educativas nacionales y autonómicas. Recordemos también que un potencial es una promesa; así se denomina al futbolista que “promete”. 

Howard Gardner, reciente ganador del Premio Príncipe de Asturias, afirma que el ser humano tiene al menos ocho vías para desarrollar talento o habilidades destacadas y valiosas para la sociedad. Y concluye que no toda la inteligencia se ciñe al ámbito académico. Esta multiplicidad de opciones nos reconcilia con el enorme potencial humano y nos permite afrontar el de desarrollarlo para mejorar nuestro futuro.

La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, a través del Plan de Atención a las Altas Capacidades Intelectuales, pretende ser la primera piedra de este nuevo edificio de la inteligencia humana, más moderno y funcional que el anterior, y en el que caben más potenciales. No va a ser nada fácil construirlo, porque desde la administración se han olvidado de la mayor fuerza destructora del mismo: el desconocimiento y la ausencia de formación de los agentes que tienen que aplicarlo, y de la sociedad que tiene que apoyarlo.

Está corriéndose la voz entre sindicatos de educación y algunos orientadores de que se pretende incluir al 25 por ciento de la población, por ignorar dos cosas: una, que cuando hablamos de altas capacidades aludimos a dos perfiles básicos, las aptitudes generales –superdotación- por encima de la media y las aptitudes específicas –talento- muy por encima de la media; dos, que el percentil 75 que se aplica ahora a la superdotación ha de darse “en todas las áreas”, un perfil que se da en, como mucho, un 1 por ciento de la población. Un grave error que podría solucionarse si en cada departamento de orientación existiera una copia del texto de Castelló “Aspectos teóricos e instrumentales en la identificación del alumnado superdotado y talentoso. Propuesta de un protocolo”.

Y luego están los estereotipos, mantenidos por el común de los mortales y por muchos profesionales que trabajan con estos niños: "la familia espera que el niño le salga sobredotado para lograr la beca", "tienen graves problemas de relación con los compañeros...", " están sobreestimulados ", "no quieren trabajar en grupo".

Este ambicioso Plan puede morir en la orilla sin haber navegado. Y con él, la posibilidad de que cada vez más talento revierta en la sociedad, dificultando aún más la salida a esta crisis de ideas e iniciativas que padecemos. Talento que nos permitiría avanzar a todos porque cuando sube la marea suben todos los barcos. Si podamos el talento, podamos nuestro futuro.