Continuando con los artículos de nuestra amiga Marta Guerri Pons, tocamos hoy otro tema de interés, sobretodo para esos padres y madres que nos leen con esa duda:
¿Por qué no siempre se detectan?
¿Por qué no siempre se detectan?
Hemos de saber que en los estudios tradicionales, al limitar el concepto de superdotación a la obtención de altas puntuaciones en pruebas de inteligencia, confunden a veces los niños superdotados con aquellos enriquecidos ambientalmente, es decir, aquellos a los que se llama "niños despiertos", muy estimulados por sus padres, puesto que los tests tradicionales definen sólo el nivel de ejecución actual, que puede estar determinado por condicionantes como el entrenamiento y no tanto por las capacidades reales del niño/a.
En otras ocasiones no siempre somos capaces de detectar a un niño superdotado, ya que solemos pensar que son alumnos aplicados y de expediente académico brillante, mientras que, a menudo, acostumbrados a superar los primeros cursos sin esfuerzo y dominados por el aburrimiento que supone aprender a un ritmo más rápido que el del resto de compañeros, estos niños no desarrollan unos hábitos de estudio y no es raro que presenten bajo rendimiento escolar ante la falta de estimulación intelectual.
En la escuela se sienten desconectados de sus compañeros e incomprendidos por los profesores, se aburren en clase y consideran los contenidos poco interesantes o estimulantes. El caso más conocido de esto es el del Premio Nobel de Física, Albert Einstein, quien a los 12 años fue considerado poco apto para el estudio por sus profesores.
A todo esto se añade el hecho de que pueden ser también niños problemáticos en la escuela, si rechazan la autoridad de los maestros o resultan demasiado inquietos y activos.
Tampoco hemos de olvidar que nos niños superdotados se caracterizan por un nivel intelectual alto, pero que cada uno como individuo tiene su propia personalidad, no son todos iguales. Esto significa que mientras a uno le puede recompensar mucho el hecho de ser felicitado y admirado por sus profesores gracias a sus hitos académicos y se muestre siempre dispuesto a aprender, otro puede que tenga otras motivaciones no tan académicas, puede tener un carácter más “pasota” por así decirlo y centrar sus cualidades en otros aspectos de la vida y sólo se les ve sus verdaderas aptitudes al darnos cuenta de lo rápido que adquiere conocimientos en general o por lo espabilados que se muestran.
Tampoco hemos de olvidar que nos niños superdotados se caracterizan por un nivel intelectual alto, pero que cada uno como individuo tiene su propia personalidad, no son todos iguales. Esto significa que mientras a uno le puede recompensar mucho el hecho de ser felicitado y admirado por sus profesores gracias a sus hitos académicos y se muestre siempre dispuesto a aprender, otro puede que tenga otras motivaciones no tan académicas, puede tener un carácter más “pasota” por así decirlo y centrar sus cualidades en otros aspectos de la vida y sólo se les ve sus verdaderas aptitudes al darnos cuenta de lo rápido que adquiere conocimientos en general o por lo espabilados que se muestran.
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