Desde hace tiempo nos encontramos con un grave problema en las Asociaciones de familias con hijos e hijas de Altas Capacidades Intelectuales, hablamos de los estereotipos y de algunas palabras que se utilizan sin ningún tipo de conciencia de su significado por parte de muchas personas y que hacen mucho daño, sobre todo cuando son pronunciadas por personas desde la Administración para justificar sus actuaciones. Me refiero al injusto igualitarismo utilizado como si se hablara de la justa igualdad.
Todos los que estamos luchando por esta realidad, estamos cansados de pelear por el reconocimiento de la diversidad de nuestros hijos e hijas, no porque pensemos que son mejores o peores que los demás, sino porque son diferentes, como lo es cualquier colectivo, como lo es cualquier niño. Lo ideal sería que a todos los niños se les enseñase según sus capacidades, sin importar que estas fueran de uno u otro tipo, pero en cambio lo que percibimos, al menos desde nuestro entorno, son escuelas en las que los niños son poco más o menos tratados igualitariamente, todos tienen que aprender lo mismo. Menudo error. Muchos entienden este igualitarismo como el sistema ideal, pero les dejo a ustedes que juzguen amigos lectores en este ejemplo. La traducción de ese "que todos aprendan lo mismo" es, en el sentido práctico, que todos los niños de primero de primaria aprendan las vocales, eso estaría bien si todos fueran iguales, pero que sucedería si un niño ya supiese las vocales, es más, y si un alumno ya se hubiese leído el Quijote y se le obligase a ir a clase día tras día para aprender las dichosas vocales (que los hay y a alguno conocemos), ¿estaría ese alumno aprendiendo o desaprendiendo? Esto es igualitarismo: "todos deben aprender lo mismo" (sin importar quienes sean o lo que sepan). Algo injusto, ¿no les parece? Incluso si lo aplicamos a un alumno que está en 5ª de primaria y no tiene los conocimientos previos porque tiene algún tipo de problema, ¿sería justo que se le exigiera y se le obligara a que aprendiera ecuaciones si aún no tuviera los conocimientos básicos de suma y resta? No parece ni justo ni lógico. Probablemente si se le tratase como se hace con un alumno de Altas Capacidades Intelectuales, obligándosele a que estuviera al nivel de la "normalidad", hablaríamos de un absurdo modo de tratar a un niño. En este último caso el igualitarismo no se lleva a efecto, porque entre otras cosas políticamente sería incorrecto.
Por otro lado nos encontramos con el término de igualdad, que es algo tan simple como que a todo el alumnado, independientemente de sus capacidades, se le diera la oportunidad de aprender. Utilizando los ejemplos anteriores sería que el alumno de 5º que no llegue, que se le intente hacer llegar adonde pueda, y que el alumno de 1º que ya sabe el Quijote, que se le enseñen cosas, es decir que no le obliguen a dar las vocales porque es lo que toca y que le permitan avanzar hasta donde de, independientemente de si está o no en el programa.
Se que este discurso es políticamente incorrecto, igual que decirlo públicamente, porque lo que se espera es que todos digamos y apoyemos la labor de los profesores, encomiable; sobre todo porque hay ahora una corriente muy importante que está tratando de salir en apoyo de la función docente, pero tengo que decir que lo que estoy proponiendo no es algo que vaya en contra de ningún profesor, porque supongo que todos entienden de pedagogía y que todos estarán de acuerdo en esto que estoy proponiendo. Nadie puede estar en desacuerdo, creo, en abordar esto que podríamos denominar igualdad en la educación mediante una verdadera pedagogía de atención a la diversidad. Es lamentable que se regule mediante normativas y legislaciones la atención a la diversidad y que desde las Asociaciones de Altas Capacidades veamos como la aplicación de esta normativa es más bien escasa, simplemente pregunten a las distintas asociaciones por los casos que les llegan día a día.
Tengo que decir que desde este foro defenderemos a todos esos profesores, que los hay, muchos y buenos, que atienden como grandes maestros a todos los niños dándoles la oportunidad de que todos aprendan. Pero sé que algunos profesionales y padres, al leer este artículo se echarán las manos a la cabeza y esgrimirán argumentos como las ratio, la falta de preparación, la inexistencia de la superdotación, el hecho de que hay programas que seguir, el tan manido supuesto (inexistente) privilegio de los superdotados... Pero tengo que decir también que si realmente esos son los problemas para atender a los alumnos y alumnas como marca la legislación y como debiera hacerse por ética profesional, es que no hemos entendido nada, porque al final la enseñanza es cuestión de pedagogía, y tendríamos que meditar sobre qué pedagogía estamos utilizando en nuestras aulas. Si yo como profesional tengo un problema en mi trabajo porque no consigo los resultados, os aseguro que lo que hago es tratar de ver cómo cambiar algo para que todo funcione. ¿Qué tal si comenzamos a pensar al hablar de educación en pedagogía y no tanto en procesos administrativos? Insisto, si eres un profesional que utilizas esa pedagogía que permite atender en un aula a todo el alumnado, mi enhorabuena, estamos contigo y esto no es para ti. Insisto, si alguno piensa que pido una pedagogía exclusiva para los superdotados, algún tipo de privilegio, está equivocado, pido una verdadera atención a todo el alumnado, basada en una pedagogía de igualdad.
Por último, Si piensan que pueden cambiar las cosas pero no saben como, permítanme presentarles desde este foro a Francesco Tonucci. Sé que muchos de nuestros lectores ya lo conocerán, pero también sé que muchos otros no, y merece la pena. Este gran hombre nos habla de una verdadera pedagogía por la diversidad, sin entender de características diferenciadoras, sino más bien ve las diferencias como integradoras. Un ejemplo de una de sus viñetas (se me olvidó decir que también es dibujante), os lo pongo a continuación. En ella se puede ver muy bien esa diferencia de igualdad e igualitarismo.
Diego Rodríguez.
Más claro, imposible. La cantidad de niños que debe haber, teniendo que soportar un sistema educativo totalmente obsoleto, que no les aporta nada, donde van a calentar la silla en la mayoría de los casos, porque lo que les están enseñando ya lo saben. Parece que pertenezcan a otra categoría. Si ocurriera esta desatención con otros colectivos, muchos serían los que se llevarían las manos a la cabeza. Mientras tanto, nuestros hijos sufren por tener que ir a una escuela donde se aburren constantemente y salen de ella con cara de haber estado librando una batalla en la que siempre salen perdedores.
ResponderEliminarEl artículo está bien claro y así de patente son nuestras reivindicaciones. Tenemos que conseguir que les queden igual de claras a la adiministración e implicar a los partidos políticos.
ResponderEliminarPues sí que está alto el nivel de susceptibilidad si a tu texto se le considera "políticamente incorrecto", Diego.
ResponderEliminarTal vez sea porque al pensamiento único le confunden los hechos, ya que éstos no suelen seguir las reglas de la "normalización" "igualizante" "por lo bajo".